ARENDT Y LA POLÍTICA
“La gran importancia que tiene, para las cuestiones estrictamente políticas, el concepto de comienzo y de origen proviene del mero hecho de que la acción política, como cualquier otro tipo de acción, es siempre esencialmente el comienzo de algo nuevo; como tal es, en términos de ciencia política, la verdadera esencia de la libertad humana.”[1] Con esta afirmación, Arendt pretende establecer su criterio metodológico frente a la construcción de las fronteras que demarcan el concepto de lo político, relevando el carácter creativo - carácter original- de las categorías conceptuales que apuntan a cuestionar las ideas preconcebidas, cargadas de prejuicios históricos, originados en el pasado que pretenden proyectar una realidad anclada a la historia que no permite tener una comprensión fuera del “círculo vicioso”, y donde solo la conciencia imaginativa puede proyectar una luz de verdad.[2]
Bajo esta connotación metodológica, Arendt mas que acuñar un concepto sobre lo político, lo que pretende es problematizar o generar un entorno conceptual crítico, con respecto a la tradición teórica del momento, que permita reencontrar , recuperar y destilar un sentido de la política. Arendt hace un rastreo por la historia del pensamiento político, en el cual evidencia el interés de “...descubrir de dónde proceden dichos conceptos antes que se conviertan en algo así como monedas fuera de curso y generalizaciones abstractas”[3]
La validez de indagar por un sentido de la política, Arendt la sustenta a partir de la negación que de esta se ha hecho, en el contexto de las sociedades contemporáneas, al verse amenazados principios básicos como el de la libertad y el derecho a la vida , en una clara alusión a los Estados Totalitarios[4], los cuales identifica como expresiones de la no-política o anti-política , y que han sido la muestra “...de la desgracia política de nuestro siglo...”[5]
El partir de estas consideraciones, lo vemos como necesario en cuanto que esto le ha valido a la autora una serie de cuestionamientos en el sentido del supuesto carácter ambiguo y de difícil delimitación de su trama conceptual como por ejemplo la distinción entre “lo político” y “lo social” ( que el mismo Serrano plantea, y que mas adelante puntualizaremos); o la delimitación que hace entre el concepto de Poder y Poderío; entre Fuerza y Autoridad y entre Violencia y Poder ( estos explicitados en su ensayo titulado “Sobre la violencia” -1970-).
“....Ella -Arendt- define gran cantidad de palabras claves de un modo personal, único: por ejemplo. Lo social frente a lo político ( un muy especial significado para lo social), fuerza frente a violencia ( un sentido muy especial para la palabra fuerza). Acción (una definición única de acción). Esta práctica intelectual es curiosa : tomar una palabra que quizás tiene mas de un sentido en la comprensión ordinaria, darle un sentido muy especial y después , desde aquí , hacer emerger conclusiones sorprendentes y paradójicas...”[6]
Bajo esta lógica es necesario hacer claridad en conceptos básicos que hacen parte de la obra de Arendt como Poder, Poderío, Fuerza, Autoridad y Violencia.[7] Los cuales hacen referencia al problema de la dominación entre los hombres y que funcionalmente pretenden justificar su fundamentación y explicación al rededor de “el problema de quien domina a quien”. Es así que el Poder se ha identificado con la capacidad de actuar en concierto, donde este no se refiere al ejercicio por parte de un solo individuo, sino que se reclama como propio del grupo y solo se disuelve cuando este último deja de existir. El Poderío, por el contrario estará referido a un ente individual, donde si bien este adquiere una connotación, en medio de un colectivo social, en cuanto que se ejerce un efecto directo sobre los individuos en conjunto, la acción seguirá siendo ajena a la sociedad. Pero aún así el Poderío del individuo es vulnerable, en términos de su dominación y control, a los efectos neutralizadores que se ejercen desde las mayorías.
La Fuerza, se ha identificado como Violencia bajo el carácter coercitivo. Mientras que el concepto de Autoridad se ha identificado con el reconocimiento legítimo por parte de aquellos a los que se les exige obediencia sin necesidad de ejercer la persuasión o la coerción y sin mas requerimiento que el respeto por la persona o la institución.
Por otro lado la Violencia, es una de las categorías mas importantes y reiterativas en la obra de Arendt, dado que la autora se ha esmerado en establecer un deslinde entre esta y el concepto de poder[8]. Haciendo la distinción de carácter instrumental (para el caso de la Violencia), como generadora de efectos multiplicadores en la neutralización de agentes sociales individuales que atentan en contra del consenso mayoritario de las sociedades. Es así que.. “la violencia aparece como el último recurso para mantener intacta la estructura del poder frente a los retadores individuales....Entonces la violencia aparece como el prerrequisito del poder ... como el último recurso del poder contra criminales y rebeldes,.. que se niegan a dejarse subyugar por el consenso de la mayoría...” [9]
Este esfuerzo diferenciador de Arendt, le han dado el soporte argumentativo a la autora para cuestionar los sistemas políticos, en este caso el Totalitarismo, que han conducido a la degradación de la condición humana, donde su orientación política se concentra en la ecuación de igualdad que en el se establece entre poder y violencia, poder y dominación, relaciones que Arendt tratará de desenmascarar al decir que “el poder es la capacidad de actuar concertadamente”[10]. Este principio, aboga por la posibilidad de que la violencia no se justifique por si misma, sino que adquiera racionalidad sólo cuando el verdadero poder esta amenazado. La violencia, en este sentido, es simplemente un recurso que surge de la deformación del poder. A su vez el poder, a diferencia de la violencia, no necesita justificación, es inherente a la existencia de lo político.
Se identifica en Arendt, la justificación del ejercicio de la coacción cuando el poder esta amenazado, la cual se reglamenta en el derecho, bien sea por que se transgreda, se amenace o no se sientan recogidos en el, aquellos individuos que van en contra de la “identidad jurídica de una sociedad” . Bajo esta lógica se infiere que la autora acepta un mínimo de ejercicio de la violencia, que encontrará sus límites en los marcos del derecho.
“Este argumento no presupone la ingenuidad de afirmar que el derecho suprime la violencia; lo que se sostiene es que el derecho puede llegar a mantener la violencia en los límites de la comunidad política. Con la propia terminología de Arendt podemos decir que mientras el derecho se fundamenta en el poder, surgido del consenso, la violencia es una consecuencia de la disolución o el cuestionamiento radical de ese consenso...”.[11]
Los elementos conceptuales, presentados hasta el momento, han pretendido recrear el marco analítico conceptual en el cual se ha desenvuelto la teoría Arendt, que nos permite identificar parámetros interpretativos, que hacen posible pensar implícitamente una idea de lo político o mejor un sentido de la política.
Cabe ahora hacer mención, de manera mas puntual, de los argumentos propuestos por Serrano[12], donde establece puntos de referencia iniciales para entender la política en Arendt, bajo el contexto de la coordinación de las acciones , donde la definición de los fines colectivos, son el criterio para comprender el sentido de la política. Sentido que adquiere dimensión al rededor de lo que se ha llamado la esfera de lo público , que se formaliza conceptualmente “...como un espacio de aparición en el que se manifiesta la pluralidad de identidades e intereses presentes en la sociedad...”[13]
Ahora bien , bajo esta lógica cabría preguntarnos: como es posible entender el poder como elemento indispensable de la práctica política? Es una inquietud bastante interesante en la obra de Arendt, que abre el debate en el escenario de la política contemporánea. Pretender darle respuesta a este interrogante, es preciso esbozar algunas ideas propuestas por Serrano en su texto “Consenso y Conflicto”.
La tesis fundamental que Arendt propone consiste en que la dimensión política del hombre se basa en la condición del ser humano y que por ello la vida política ha de ser coherente con ella. Según Arendt, el hombre es un ser político gracias a la acción y a la capacidad para la palabra que lo ubican en una maya inmensa de relaciones y exponen todos sus actos en un “espacio público”, en una especie de presencia permanente ante los otros y así lo afirma: “Es gracias a la acción y a la palabra que el mundo se revela como un espacio habitable, un espacio en el que es posible la vida en un sentido no biológico”[14]. El espacio de aparición , tal como se plantea, nada tiene que ver con las relaciones de parentesco, ni mucho menos con una naturaleza humana que justifiquen la presencia de lo político; el espacio al cual alude es un ente artificial que se construye fuera de la naturaleza humana y que es preciso reconstruir, es así que el Zoon Politikon de Aristóteles queda seriamente cuestionado, “el hombre es a-político. La política nace entre los hombres, por lo tanto fuera del hombre. De allí que no haya ninguna sustancia propiamente política. La política surge entre y se establece como relación”.[15]La política es un invento de lo humano, no es una determinación a priori o heterónoma que se imponga a la voluntad humana en el ejercicio de su práctica política, la suplantación de esta práctica ha sido un prejuicio en la historia de la humanidad.
El espacio de aparición es un espacio de igualdad, libertad, pluralidad y sobre todo de poder, no entendido como soberanía o dominación, sino como poder de grupo de los hombres reunidos. Allí en este espacio entra en juego la pluralidad de identidades e intereses en un sentido social , lo cual exige un mínimo nivel normativo que haga posible la coordinación de las acciones de los ciudadanos; bien lo expresa Serrano: “Arendt pretende reconstruir los principios de la tradición republicana ( aquella que considera que la participación ciudadana es el valor fundamental de la práctica política) y demostrar que esta es compatible con la pluralidad”[16]
Es pertinente enfatizar que el sentido de la política, como lo concibe Arendt, es la libertad, y sugiere para su comprensión un alejamiento o distanciamiento de la tradición política del totalitarismo, pues este tiene la convicción de destruir la pluralidad del mundo humano, evidenciado en la idea “de que la libertad del hombre debe ser sacrificada al desarrollo histórico , cuyo proceso puede ser obstaculizado por el hombre, únicamente si éste actúa y se mueve en libertad”[17]. Con esto Arendt, estará refundando de nuevo el acontecimiento político en la condición humana.
Pero ¿que sucede cuando los ciudadanos ya no reconocen el poder, su propio poder concertado y representado en las instituciones del Estado? En este caso, el poder retorna a la esfera pública, en forma de protesta civil o mas aún si se quiere, de guerra civil. Estaríamos identificando una crisis de legitimidad del proyecto colectivo, que inicialmente reflejó un acuerdo común sobre el cual se estableció un nivel normativo que crea las condiciones para la construcción de un gobierno representativo.
“Se supone que el pueblo gobierna a quienes lo gobiernan. Todas las instituciones políticas son manifestaciones y materializaciones del poder; se petrifican y decaen en el momento en el que el pueblo deja de respaldarlas”.[18]
Bajo esta lógica, Serrano nos propone dos manera de entender la propuesta teórica de Arendt. Una bajo un sentido herrado y reduccionista que pretende simplificar sus planteamientos bajo una visión normativa y dogmática, donde se sostiene que “todo fenómeno que no sea expresión de la libertad no es propiamente política...Desde este punto de vista, se involucra el pensamiento de Arendt bajo una visión idealista ...que tiene que ver muy poco con nuestra experiencia...La política no se encuentra ligada a la relación entre gobernantes y gobernados así como a la dominación y violencia que en ella se produce...es decir se reduce la política a ser una especie de obra teatral que ha perdido su fuerza dramática, al relegar los conflictos reales que enfrentan las sociedades”[19]
Esta interpretación desconoce los planteamientos que hace la autora (antes mencionados) frente a los conceptos de poder, poderío, fuerza, autoridad y violencia. Donde se reconoce un problema de dominación del hombre sobre el hombre que genera efectos conflictivos en el proceso de reconocimiento de la autoridad y el poder respaldado en el consenso mayoritario.
Es claro que la idea de poder ejercida por la violencia y la dominación como ámbitos prepolíticos no pueden devenir de la condición humana, según Arendt, el poder debe situarse en el interior del hombre y particularmente en la capacidad que este tiene para establecer una relación con los semejantes, con miras a crear un espacio vital en el que comunitariamente puedan desplegar sus potencialidades. El poder se hace efectivo cuando el hombre valora no sólo su capacidad de comenzar, sino la capacidad de su palabra como portadora y facilitadora de consenso, desde esta perspectiva la violencia no se elimina, sino que “ puede ser justificable pero nunca legitimada”[20]
“El objetivo de Arendt al vincular su idea de la política con la descripción de la “condición humana” es decirnos precisamente que así como no existe una esencia del hombre, tampoco existe una esencia de la política que pueda ser condensada en una simple definición”[21]
La segunda manera de entender las tesis de Arendt, nos la propone Serrano bajo la lógica de no ir en búsqueda de un concepto de lo político, sino que es prioritario establecer criterios de comprensión de la política, los cuales se ubican en las condiciones y acciones en las que se desenvuelve el ser humano, donde la experiencia se convierte en el parámetro real de crítica, construcción y comprensión de lo político.
Arendt en su obra propone una distinción muy clara entre lo político y lo social[22] , frente a la cual Serrano se muestra renuente a aceptar diciendo que “si bien es cierto que la modernidad presupone un proceso de diferenciación entre los subsistemas sociales, esto no autoriza a pensar que exista un abismo entre lo político y lo social. Es probable que exista una forma política de abordar la cuestión social. Lo que es cuestionable es que la definición de la especificidad de lo político esté dada por contenidos propios a esa actividad, ajenos o distintos de los problemas emanados de la cuestión social.”[23]
Frente a esto Arendt propone una interpretación de corte histórico, que pretende desmontar cualquier objeción, en cuanto que ella considera que el debate sobre lo público (como esfera de lo político) adquiere distintas connotaciones dependiendo del momento de evolución de la sociedad que determinan un ámbito distinto para interpretarlo.
A su vez Arendt establece que “hay cosas cuya justa medida podemos adivinar . Tales cosas pueden ser realmente administradas y, por tanto no son objeto de debate público. El debate público sólo puede tener que ver con lo que no podemos resolver con certeza. Por otra parte, si lo pudiéramos resolver con certeza , ¿para que reunirnos?[24]
Lo anterior se recrea con un ejemplo que propone Arendt, para delimitar de manera mas clara tal diferenciación. La autora asume el juego analítico de pensar en la dotación a la que tienen acceso los individuos de bienes y servicios básicos (vivienda, educación, salud, recreación ) ; donde se identifica que no es dominio de lo público (tema de debate) el hecho que todos los ciudadanos tengan acceso a dichos bienes, en cuanto que se consideran como necesarios para el desarrollo de una calidad de vida mínima. Pero cosa bien distinta sería la discusión sobre los efectos colaterales, multiplicadores o no, que podría generar el acceso dichos bienes y servicios, esto si sería tema de debate político. Por ejemplo, Arendt al hacer alusión al problema de la vivienda establece que “no debería haber debate alguno al rededor de la cuestión de que todo el mundo tenga una vivienda adecuada....pero la cuestión de si esta vivienda adecuada significa integración [haciendo alusión al sentido de pertenencia hacia el vecindario] o no es sin duda político...” y concluye diciendo que “todas estas cuestiones tienen una doble cara . Y una de ellas no debería ser objeto de debate.”[25]
Un último elemento que consideramos válido relevar en la autora, es el protagonismo que adquiere la participación ciudadana como valor fundamental de la práctica política; y como esta se puede ver obstaculizada por los altos niveles de burocratización de las sociedades que hacen atractivo el ejercicio de la violencia por parte de los individuos en tanto ven frustradas sus posibilidades de ejercicio del poder como fruto del consenso colectivo, sospechando por defecto la posible existencia deformada de un poder individual ejercido desde el gobierno, que anula las potencialidades del debate y la participación colectiva.
“La burocracia es una forma de gobierno en que todos quedan privados de la libertad política, del derecho a actuar pues el gobierno de nadie es el no gobierno y donde todos somos igualmente impotentes, lo que tenemos es una tiranía sin tirano. Como salida a esto se plantea la democracia participativa; el ciudadano co-dirigente; el ciudadano libre”[26]
BIBLIOGRAFÍA
1. Serrano, Enrique. “Consenso y Conflicto”. México: Interlínea . 1996.
2. Arendt, Hannah. “¿Que es la política?. tr. por Rosa Sala Carbó. Barcelona: Paidós. 1997
3. --------------------. “La condición humana”. Barcelona: Paidós. 1993
4. -------------------- “Sobre la violencia”. tr. por Miguel González. México: Joaquín Motriz, 1970.
5. -------------------- “De la historia a la acción”.Barcelona: Paidós. 1995
6. -------------------- “Sobre la revolución”.Madrid: Alianza Editorial. 1988.
7. -------------------- “Los orígenes del totalitarismo” -Antisemitismo- V.1 Madrid: Alianza Editorial.1987
8. -------------------- “Los orígenes del totalitarismo” -Imperialismo- V.2 Madrid: Alianza Editorial. 1987.
9. -------------------- “Los orígenes del totalitarismo” -Totalitarismo- V.3 Madrid: Alianza Editorial. 1987
[1] Arendt Hannah. “De la historia a la acción”. Ediciones Paidós. Brcelona . Primera edición 1995. Pag 43.
[2] “Sólo la imaginación nos permite ver las cosas con su verdadero aspecto, poner aquello que está demasiado cerca a una determinada distancia de tal forma que podamos verlo y comprenderlo sin parcialidad ni prejuicio, colmar el abismo que nos separa de aquello que esta demasiado lejos y verlo como si nos fuera familiar. Esta distanciación de algunas cosas y este tener puentes hacia otras, forma parte del diálogo establecido por la comprensión con ellas; la sola experiencia instaura un contacto demasiado estrecho y el puro conocimiento erige barreras artificiales. Sin este tipo de imaginación, que en realidad es la comprensión, no seríamos capaces de orientarnos en el mundo. Es la única brujula donde llega nuestra comprensión. Si queremos estar en armonía con esta tierra, incluso al precio de estar en armonía con este siglo, debemos participar en el interminable diálogo con su esencia.” Ibid. p.46
[3] Arendt Hannah. “ ? Que es la política ? Paidos. Barcelona, 1993. P. 151.
[4] “Para Arendt el Totalitarismo es una consecuencia extrema de la centralización del poder político y el aislamiento de los individuos, tendencias inherentes a la modernización que lleva a la llamada sociedad de masas...” Serrano, Enrique. “Conflicto y Consenso”. Interlínea. 1996. p. 84.
[5] Arendt “Que es la política?” Op. Cit. Pag. 63.
[6] Consideración hecha por el profesor de economía política, C. B. Macpherson , de la Universidad de Toronto, en el congreso que tuvo lugar en Noviembre de 1972 sobre “la obre de Hannah Arendt”, organizado por la sociedad para el estudio del pensamiento social y político del Canadá. “De la historia a la acción” Op cit. P. 156
[7] Para esto ver la obra de Arendt, “Sobre la violencia”.Cuadernos de Joaquín Mortiz. México 1970. P. 40ss.
[8] Arendt plantea la violencia como la manifestación mas flagrante del poder: “Toda política es una lucha por el poder: el tipo extremo de la política es la violencia” . La autora establece como la violencia es garantizadora de un poder, esto sustentado sobre la concepción de poder, que es considerado como instrumento de gobierno, fundado en un “instinto de dominio”. Ibid. P. 34
[9] Ibid. p. 44.
[10] Ibid. p . 39ss
[11] Serrano Enrique, “Consenso y Conflicto”. Op. Cit. p . 126.
[12] Ibid p 10
[13] ibid. p. 10
[14] Arendt, Hannah. Que es la política? Barcelona: Paidós, 1997. p. 18
[15] Ibid. p. 46
[16] Serrano, Enrique. “Consenso y Conflicto”. Op. Cit. p.90.
[17] Arendt, Hannah. Que es la política?. Op. Cit. p. 72
[18] Arendt, Hannah. “Sobre la violencia” Op. Cit. p. 39.
[19] Serrano, Enrique. “Consenso y Conflicto”. Op. Cit. p. 100
[20] Arendt, Hannah. “Sobre la Violencia”. Op. Cit. p. 48.
[21] Serrano, Enrique. “Consenso y Conflicto”. Op. Cit. . p. 101.
[22] Para esto ver el texto titulado “Sobre la revolución”. Alianza Editorial. 1988. Capítulo 2 (la cuestión social)
[23] Serrano, “Consenso y Conflicto” Op. Cit. p. 148.
[24] Arendt, Hannah. “De la historia a la acción”. Op. Cit. p. 152
[25] Ibid. p. 153.
[26] Arendt, Hannah. “Sobre la violencia”. Op. Cit. p. 72